¿Sabías que existe el concepto de vida financiera y que se divide en etapas? Al igual que ocurre en otras áreas de tu vida, tus finanzas personales pasan por una serie de etapas y según en la que te encuentres tendrás unas necesidades y prioridades u otras. Esto también aplica al ahorro: y es que, no es lo mismo ahorrar para pagar ese viaje de fin de curso que ahorrar para jubilarse antes de tiempo. ¿Te vienes a descubrir la vida financiera?
Se utiliza para definir las diferentes etapas por las que pasan las finanzas personales de las personas.
Hay cinco etapas de la vida financiera: infancia, adolescencia, edad adulta, consolidación profesional y madurez.
En la primera etapa se asientan las bases de la educación financiera. Si el niño aprende a ahorrar, llegará a la madurez con una buena salud financiera.
Con la consolidación profesional, algunas personas optan por rentabilizar su capital contratando productos de ahorro de bajo riesgo como los depósitos bancarios. De esta forma, siguen haciendo crecer su patrimonio de cara a la jubilación.
El dinero está presente en la mayor parte de las acciones cotidianas de una persona. Por ejemplo, cuando te levantas y te das una ducha (que después tienes que pagar porque consumes agua y electricidad), te escapas un fin de semana de viaje o decides comprar un artículo en la página web de tu tienda favorita justo antes de acostarte. Estos son solo tres ejemplos muy simples, pero tienen algo en común: la persona decide cómo gastar su dinero.
Sin embargo, la forma en que utilizas el dinero no es siempre la misma porque tus necesidades cambian. Para entender esto debes conocer el concepto de vida financiera, que no es más que las diferentes etapas que explican cómo cambian tus prioridades en lo que respecta a tus finanzas. Por ejemplo, las decisiones que toma un niño a la hora de utilizar ese dinero que le dan sus padres en forma de paga no son las mismas que las de un adulto con su salario todos los meses. Es decir, las decisiones de una persona sobre sus finanzas personales cambian conforme se va haciendo mayor para adaptarse a sus nuevas circunstancias.
Existen cinco etapas por las que toda persona pasa en su vida financiera: infancia, adolescencia, edad adulta, consolidación profesional y jubilación.
A pesar de que la infancia es una etapa en la que el dinero no debería ser una preocupación, lo cierto es que es el momento en el que se sientan las bases de la educación financiera futura. Los niños aprenden el significado de la palabra ahorro viendo cómo su hucha se llena cada vez que sus progenitores o algún familiar les da una paga o las estrenas. Por tanto, los padres pueden enseñar a sus hijos desde bien pequeños la importancia del ahorro, por ejemplo, cómo ahorrar dinero para las vacaciones, ya sea un viaje a Disneyland París o a cualquier otro punto del globo con el que tu hijo sueñe. Si mete en su hucha 50 céntimos todos los días y al cabo de unos años ha reunido lo suficiente para hacer ese viaje, entenderá por qué ahorrar.
No hay que olvidar que muchas veces los padres son los referentes de sus hijos, es decir, los toman como modelo a seguir. Consecuentemente, está en sus manos enseñarles lo importante que es ahorrar.
Llega un momento en la vida de todas las personas en el que dejan de ser niños y se convierten en adolescentes. Es la época de salir con los amigos, de socializar y de seguir estudiando o empezar a trabajar. En esta etapa las personas empiezan a administrar sus gastos de forma independiente, e incluso sus ingresos.
De hecho, puede que comiences a trabajar, aunque sea a media jornada, para pagarte tus actividades de ocio o los estudios. Con los primeros salarios también tendrás que empezar a gestionar tus finanzas personales: reducir tus gastos si lo consideras necesario, destinar una cantidad al ahorro, etc.
En esta etapa de la vida financiera las personas suelen trabajar a jornada completa. Por lo general, han acabado los estudios, universitarios o profesionales, y toca buscar un empleo estable. En esta etapa, en la mayoría de los casos, no se depende económicamente de los padres o familiares y comienza el proceso de emancipación.
En este momento de la vida tu objetivo será conseguir una estabilidad laboral que te permita alcanzar otras metas como ahorrar para comprar una casa o formar una familia. La mayoría de tus gastos en esta etapa tendrán que ver con tu nueva independencia.
La consolidación profesional llega con otra etapa de la vida financiera. Puede que ya hayas formado una familia, y hasta que tus hijos se estén independizando. Por lo general, has podido ahorrar algo de dinero después de años trabajando, ya no tienes tantas deudas y has acumulado patrimonio.
En esta etapa también se suelen buscar opciones para rentabilizar el capital, como los depósitos a plazo fijo, un producto de ahorro poco riesgoso, con un indicador de riesgo de 1 sobre 6 y hasta 100.000 euros, por cliente y banco, protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos nacional.
Sin embargo, esta etapa no está exenta de gastos. Puede que sea el momento de ayudar a tus hijos con las matrículas de la universidad, la entrada para una casa o un coche. Si tienes un fondo de emergencia, podrás utilizarlo para cubrir estos gastos sin verte en apuros.
En una situación ideal, deberías tener abundancia financiera y haber ahorrado para la jubilación. Si este es tu caso, esta etapa de tu vida financiera será tranquila, podrás vivir holgadamente sin controlar los gastos y disfrutar de tu tiempo libre cuando te jubiles sin preocupaciones.
Es el momento de recoger los frutos de toda una vida trabajando, ya sea con ingresos pasivos, por ejemplo, viviendo de los dividendos de tus inversiones o de tus rendimientos de capital inmobiliario, o de tu pensión pública más tu plan de pensiones.
En definitiva, la vida financiera de una persona atraviesa diferentes etapas que, casi siempre, cumplen con una serie de patrones comunes. Si en la primera, que coincide con la infancia, el niño entiende la importancia del ahorro, lo más probable es que llegue a la última, la madurez, con una buena salud financiera.