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¿Estás pensando en abrir una cuenta corriente? En Raisin te explicamos todo lo que debes conocer sobre las cuentas corrientes para que decidas si este tipo de cuenta bancaria se ajusta a tus necesidades financieras. Descubre sus características, ventajas y mucho más a continuación.
Una cuenta corriente es un tipo de cuenta bancaria que ofrece los servicios financieros más básicos del día a día. Por ejemplo, nos permite domiciliar nuestra nómina o pensión, ingresar y retirar efectivo con carácter inmediato, transferir fondos y, por supuesto, vincular una tarjeta de crédito o débito.
Otro uso común de la cuenta corriente es la domiciliación bancaria de gastos o cobros, por ejemplo, préstamos, hipotecas, impuestos, facturas de luz y agua, etc. El cliente puede elegir la entidad financiera en la que depositar su capital, pudiendo recurrir a bancos tradicionales, neobancos o banca digital.
Aunque puede haber algunas diferencias entre ellas, todas comparten las siguientes características:
La entidad financiera debe informar al cliente de las condiciones de las cuentas corrientes que ofrece, por tanto, también de sus comisiones, que deben estar detalladas en el contrato. Son las siguientes:
Sin embargo, ten en cuenta que una cuenta corriente también puede ser una cuenta de pago básica, es decir, una cuenta bancaria que promueve la inclusión financiera en la Unión Europea y que tiene unas funciones muy limitadas: depósito de fondos, retirada de efectivo y domiciliaciones, pagos y transferencias dentro de la Unión Europea. Si tienes una cuenta de pago básica, las comisiones están definidas por el Banco de España. En este caso, el total de las comisiones no puede ser superior a 3 euros al mes, aunque el banco sí podría aplicar comisiones de otros bancos, por ejemplo, si sacas dinero en el cajero de otra entidad.
Existen varios tipos de cuentas corrientes:
Además, también se pueden clasificar según el público al que vayan destinadas:
Esto es todo lo que podrás hacer con una cuenta corriente:
Estas son sus principales ventajas:
Abrir una cuenta corriente es un proceso que no suele ser complejo. Generalmente, solo hay que seguir unos pocos pasos, ya sea a través de la página web o app de la entidad, por teléfono o en una de sus sucursales.
La documentación necesaria varía de un banco a otro, aunque el documento nacional de identidad o DNI es imprescindible. Por otro lado, si somos una empresa deberemos presentar la escritura de constitución.
Para elegir una de las cuentas corrientes más competitivas del mercado primero tendrás que analizar cuáles son tus necesidades financieras. Lo ideal sería encontrar una cuenta corriente sin comisiones que te diera las facilidades que estás buscando, sin embargo, para pagar cero comisiones lo más probable es que tengas que cumplir ciertos requisitos: recibir tu nómina, tener un mínimo de capital, contratar un seguro, etc.
Para encontrar la que más se adapte a tus finanzas hazte las siguientes preguntas: ¿Quiero ingresar mi nómina o pensión? ¿Necesito contratar un seguro o una hipoteca? ¿Me interesan los planes de ahorro? ¿Estoy dispuesto a pagar comisiones? ¿Prefiero que el banco tenga una sucursal?
En cualquier caso, si no estás satisfecho con tu elección, siempre puedes intentar negociar las condiciones o cambiar de entidad financiera. También puedes optar por abrir otro tipo de cuenta, como una cuenta de ahorro en una entidad europea que te ofrezca intereses por tu capital.