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Si has pedido un préstamo al banco, seguro que has escuchado el término financiero tipo de interés. Pero este concepto también debes conocerlo si eres tú quien presta dinero al banco, es decir, si contratas un producto de ahorro. Sigue leyendo y descubre qué son los tipos de interés y para qué se usan.
Es el precio del dinero e indica el monto que pagarás al banco por pedirle un préstamo y lo que cobrarás si dejas tu capital a una entidad bancaria.
Puede ser fijo, variable o mixto; simple o compuesto, o clasificarse en TIN y TAE.
La oferta y la demanda, el tipo de interés oficial, la inflación y la prima de riesgo afectan al tipo de interés.
La bajada de los tipos de interés suele reducir la TAE de depósitos a plazo fijo y cuentas de ahorro.
El tipo de interés se puede definir como el precio del dinero, ya que es el precio a pagar por conseguir una cantidad de dinero durante un período de tiempo determinado. Cuando una entidad financiera concede un préstamo o una hipoteca, el interés será su beneficio. Pero si eres tú quien presta dinero a un banco, contratando un producto de ahorro, el interés será la rentabilidad que obtengas.
Por tanto, el tipo o tasa de interés indica el valor del dinero, y lo hace en forma de porcentaje. Imagina que solicitas al banco una tarjeta de crédito. El tipo de interés de esa tarjeta será el precio que pagarás por el dinero que has recibido prestado. Del mismo modo, el tipo de interés de una cuenta remunerada es la rentabilidad que da.
También existen otros tipos de interés, como los establecidos por el Banco Central Europeo (cuando presta dinero a los bancos o los bancos se prestan dinero entre ellos) o por la FED en Estados Unidos. En cualquier caso, siempre se expresa como un tanto por ciento sobre el importe del capital, y tiene un plazo de tiempo que se determina en el contrato entre las dos partes.
Los tipos de interés se pueden clasificar de varias formas.
Esta clasificación es la que se utiliza en las hipotecas:
Fijo: no varía durante el tiempo que dura el contrato entre el prestamista y el prestatario, por ende, el tipo de interés es el mismo hasta el día en que se salde la deuda. Como no cambia, es una buena opción para inversores conservadores.
Variable: depende de los tipos oficiales y de la ley de la oferta y la demanda. Este tipo de interés cambia y eso implica un mayor riesgo para el inversor o ahorrador.
Mixto: es una mezcla de los dos anteriores, en concreto, durante los primeros meses del contrato se establece un tipo de interés fijo y después se aplica un tipo de interés variable.
Esta forma de clasificar los tipos de interés se utiliza, principalmente, en productos de ahorro e inversión.
Simple: se calcula sobre el capital inicial y es siempre el mismo, no varía.
Compuesto: suma al capital inicial los intereses que se han generado para que produzcan nuevos intereses.
Los préstamos tienen unos tipos de interés que se conocen como TIN y TAE. Sin embargo, estos dos términos también se utilizan en productos bancarios para obtener rentabilidad, como en los depósitos.
TIN: o tasa de interés nominal, es el porcentaje fijo que se paga por el dinero prestado e indica el tanto por ciento que recibe el banco por prestar dinero. Así, es su coste de oportunidad por no poder utilizar el dinero prestado. Al TIN se le pueden sumar otros gastos y comisiones.
TAE: o tasa anual equivalente, es el tipo de interés de referencia que indica el coste de prestar dinero. Se calcula teniendo en cuenta el TIN, la frecuencia de los pagos y las comisiones y gastos bancarios, por lo que es más exacto. Por este motivo, a la hora de contratar un préstamo o un producto de ahorro hay que fijarse en este tipo de interés.
En las tarjetas de crédito se pueden aplicar otros tipos de interés:
Por aplazamiento: si aplazas un pago, se aplicará el tipo de interés que tenga tu tarjeta de crédito por aplazamiento.
Por retirada: también puede haber un interés por sacar efectivo en cajeros.
Por exceso: si tu tarjeta tiene un límite de crédito y lo excedes, puede que tu banco te cobre un interés.
Estos son los factores principales que influyen en los tipos de interés:
Oferta y demanda: la ley de la oferta y la demanda puede afectar al tipo de interés que ofrece un producto bancario.
Tipo de interés oficial: los bancos centrales pueden subirlo o bajarlo según la situación económica de un país.
Inflación: la subida general de precios, o inflación, afecta a la economía de un país y el gobierno y el banco central pueden tomar medidas al respecto.
Prima de riesgo: la prima de riesgo es el coste que tiene que pagar un emisor de deuda por ponerla en el mercado si tiene más riesgo que productos similares. Pongamos un ejemplo, si España entrara en recesión, el Gobierno español podría decidir ofrecer un tipo de interés más alto en los Bonos del Estado, ya que tendrían más riesgo que los bonos de otros países. De la misma forma, los activos financieros más riesgosos suelen ofrecer un tipo de interés más alto.
Además, hay otros factores que pueden afectar al tipo de interés, por ejemplo, el plazo de vencimiento de un depósito bancario. Por lo general, mientras más largo sea, más alto será el tipo de interés que se ofrece al ahorrador.
Los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) marcan el precio oficial del dinero para los países de la Unión Europea. Las entidades bancarias utilizan este tipo de interés como tipo de referencia para sus productos, aunque el que apliquen también depende de otros factores como el plazo de vencimiento o el perfil crediticio del cliente.
Así, una bajada de los tipos de interés por parte del BCE afectará a los bolsillos de los ciudadanos.
Cuando el BCE baja los tipos, los préstamos, los créditos y las hipotecas tienen un menor coste, sobre todo si tienen un tipo de interés variable con el Euríbor como referencia. Por otro lado, un ahorrador recibe menos por un depósito a 12 meses o por cualquier otro producto de ahorro.
En definitiva, la bajada de los tipos de interés puede afectar a tus finanzas personales. Su efecto será negativo para los que quieran contratar productos de ahorro porque las TAE serán más bajas. O lo que es lo mismo, recibirán menos dinero por su capital.