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Es fácil escuchar el término financiero activo tóxico en los medios de comunicación, sobre todo si se habla de la crisis de 2008 u otras crisis financieras. Pero ¿sabes qué significa? Sigue leyendo y descubre con Raisin su definición y algunos ejemplos de este tipo de activo financiero.
Es un activo de mala calidad, con alto riesgo y baja probabilidad de recuperar su valor.
El término se hizo popular con la caída del estadounidense Lehman Brothers en septiembre de 2008.
Los impagos de las hipotecas subprime de Lehman Brothers tuvieron un efecto dominó en el resto de economías.
La burbuja inmobiliaria que estalló en España en 2008 es otro ejemplo de activo tóxico. Las propiedades se convirtieron en activos con mucha menos liquidez y valor de mercado.
Un activo tóxico es un activo financiero de mala calidad, con un riesgo elevado y baja probabilidad de recuperar su valor. Por tanto, tiene una calificación crediticia mala, lo que también se conoce como subprime. Así, un activo tóxico es un activo subprime que no alcanza el grado óptimo de inversión.
Los activos tóxicos aparecen debido a malas prácticas bancarias, principalmente a un mal análisis del riesgo, y por políticas demasiado expansivas. Además, los organismos reguladores, responsables de controlar y supervisar las prácticas de las entidades financieras, también fallan al no corregir o rectificar la calificación errónea de un activo.
Los créditos hipotecarios de alto riesgo de Lehman Brothers llevaron a la entidad estadounidense a la quiebra el 15 de septiembre de 2008. La entidad concedió hipotecas a personas con bajas posibilidades de devolver el capital recibido más los intereses. Aunque los líderes del Gobierno estadounidense intentaron rescatarla, cayó y todos sus activos (bonos, derivados financieros, etc.) perdieron todo su valor.
La caída de Lehman Brothers llegó a todas las economías mundiales, lo que se tradujo en la mayor crisis financiera desde el crac del 29. La crisis en el mercado de la vivienda y las hipotecas se extendió por todo el sistema financiero, y las propiedades con hipotecas por pagar se convirtieron en activos tóxicos por su alto riesgo, esto es, su bajo valor de mercado y liquidez.
Como ya hemos mencionado, la quiebra de Lehman Brothers tuvo un efecto dominó en el resto del mundo y España no fue una excepción. En 2008, la vivienda estaba sobrevalorada y estalló la burbuja inmobiliaria. Muchas personas perdieron su empleo y dejaron de pagar sus hipotecas. Esos activos, las viviendas pagadas con hipoteca, se convirtieron en activos tóxicos porque su valor baj y su liquidez cayó en picado. Además, el hipotecado debía incurrir en pérdidas para convertirlo en líquido, o dicho de otro modo, vender la vivienda por un precio muy inferior al de compra.
Las entidades financieras con muchos activos tóxicos suelen tener grandes pérdidas. Por eso, los gobiernos de países que tienen entidades en esa tesitura toman medidas para mejorar su liquidez. Esa es la razón por la que en España se creó el conocido como banco malo, el Sareb. El objetivo de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria es gestionar y vender los activos tóxicos, también conocidos como activos problemáticos, de entidades financieras que recibieron ayudas públicas, o lo que es lo mismo, las que fueron rescatadas por el Gobierno español en la crisis inmobiliaria.
Aunque el término activo tóxico se suele utilizar para bienes inmuebles, cualquier activo que cumpla con la definición de activo problemático se puede considerar como tal, como deuda pública de gobiernos inestables, fondos de inversión con este tipo de activos, etc.