Hiperinflación: ¿deberías preocuparte?

En periodos de inflación es fácil escuchar en los medios de comunicación el término hiperinflación. Pero ¿en qué consiste exactamente y a qué se debe? ¿Qué consecuencias puede tener para la sociedad? Descúbrelo a continuación.

La hiperinflación es la situación en la que la inflación se descontrola, es decir, los precios de los bienes y servicios suben de forma extrema hasta el punto que no es posible controlar el coste de vida. Esa subida extrema de los precios de los bienes y servicios ocurre en un espacio de tiempo corto, en concreto, en semanas o días. 

Cuando hay hiperinflación no solo los precios suben sin parar, sino que también se devalúa la moneda local, esto es, baja su valor real. Debido a esto, muchas personas deciden acudir al mercado forex (para cambiar su dinero por otra divisa) o comprar bienes con los que compensar esa pérdida de valor.

Al ser una inflación desorbitada, la hiperinflación es lo opuesto a la desinflación, la disminución del crecimiento de los precios de forma sostenida. Tampoco hay que confundirla con la deflación, la bajada de los precios hasta alcanzar una tasa negativa. Sin embargo, todos estos términos tienen algo en común: el Banco Central Europeo es el organismo responsable de regular su evolución.

La hiperinflación puede tener varias causas:

• Rápido crecimiento de la base monetaria: puede haber hiperinflación si un gobierno imprime dinero de forma desmedida. Esa impresión de dinero puede tener varios motivos, como la insostenibilidad de la deuda pública o si el país ha gastado más dinero del que ha recaudado a través de los impuestos. Consecuentemente, baja el valor de esa moneda.

• Fuerte aumento de la demanda: el precio de los bienes sube si la demanda es muy superior a la oferta.

• Eventos externos: eventos de otros países pueden hacer que el precio de los bienes y servicios suba de forma desmedida. Por ejemplo, un conflicto político puede hacer que aumente el precio de algunas materias primas, y esto se traduciría en una subida de los precios de los productos que se fabrican con esas materias primas. Otros eventos pueden ser una guerra, una crisis mundial o un cisne negro.

• Inestabilidad: los disturbios sociales o políticos pueden llevar la economía de un país a la hiperinflación.

La hiperinflación afecta tanto a las empresas como a la sociedad. Estas son las consecuencias principales:

• Pérdida de poder adquisitivo: cuando los precios de los bienes y servicios suben, puedes comprar menos con el mismo dinero. O en otras palabras, las personas pierden poder adquisitivo.

• Inestabilidad financiera: la hiperinflación no permite controlar los gastos, por lo que tanto personas como empresas tienen dificultades para planificar sus finanzas.

• Disminución de la capacidad de ahorro: como es más caro comprar bienes o adquirir servicios, la sociedad reduce su capacidad de ahorro. Esto, a su vez, afecta a la contratación de productos de ahorro como los depósitos y las cuentas remuneradas.

• Incertidumbre en el comercio: dificultades para llegar a acuerdos comerciales a largo plazo, tanto entre empresas españolas como con empresas de otros países. 

• Subida del paro: la subida de los precios puede dar lugar a un aumento en los costes de producción. Las empresas pueden recurrir al despido de parte de su plantilla para asumir esa subida. Además, la pérdida de poder adquisitivo podría hacer que baje la demanda. 

• Desconfianza en la moneda: los inversores pueden alejarse de la moneda local y refugiarse en las divisas de otros países o en otro tipo de activos financieros.

• Descontento político y social: como resultado de los puntos anteriores, la hiperinflación puede desembocar en manifestaciones y protestas por parte de los ciudadanos.

A lo largo de la historia, han sido varios los países con hiperinflación:

• Alemania (1922-1923): después de la Primera Guerra Mundial, el Gobierno alemán decidió emitir dinero para saldar todas sus deudas. Los tipos de interés aumentaron un 50 % y la inflación llegó hasta el 29.500 %.
• Hungría (1945-1946): el Gobierno húngaro imprimió dinero después de la Segunda Guerra Mundial para reactivar la economía. La inflación llegó a situarse en un 41.900.000.000.000.000 % (los precios se duplicaban todos los días).  
• Perú (1990): una crisis económica de larga duración situó la inflación en un 397 %.
• Zimbabue (2007-2008): casi 80.000.000.000 % de inflación. Las causas fueron varias, como las restricciones a la importación y la falta de recursos.

Solo nuevas políticas monetarias y fiscales pueden controlar la hiperinflación. A nivel individual, puedes invertir en instrumentos de otros países que no se vean afectados por la subida de precios. También puedes contratar productos de ahorro que te den una rentabilidad por tu dinero. De esta forma, tendrás unos intereses con los que compensar la subida de los precios de los bienes y servicios.

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