Inicio › Educación financiera › Tasa libre de riesgo
Si quieres empezar a invertir y rentabilizar tus ahorros, hoy en día cuentas con una gran variedad de productos financieros entre los que elegir: depósitos bancarios, fondos cotizados, fondos indexados, etc. Según cuáles sean tus objetivos financieros y tu aversión al riesgo, te interesarán más unos u otros.
La tasa libre de riesgo es un término financiero que se suele utilizar para valorar productos de inversión. En este artículo te explicamos qué es, para qué sirve y cómo se calcula. También revisamos el concepto de riesgo y cómo afecta a las inversiones.
Es el beneficio que se consigue al invertir en un activo financiero libre de riesgo.
Todas las inversiones tienen algún riesgo, aunque sea el de la inflación. Los únicos activos que se consideran libres de riesgo son los de deuda pública de gobiernos muy solventes.
Para calcularla hay que restar a la rentabilidad la permuta de incumplimiento crediticio. Cuanto más riesgo de impago tenga el emisor del activo, mayor precio tendrá su permuta.
Además de con deuda pública, los inversores conservadores pueden rentabilizar su capital con productos de bajo riesgo como los depósitos bancarios.
Todas las inversiones implican un riesgo, desde el riesgo de perder todo el capital invertido hasta el riesgo de la inflación, que es cuando la rentabilidad de una inversión a largo plazo pierde valor en términos reales. Normalmente, cuanto mayor es el riesgo de un activo, más rentabilidad puede darte; y cuanto menos riesgo tiene, menor beneficio puedes obtener.
En función del perfil de inversor que tengas y del horizonte temporal que barajes para tu inversión, puedes invertir en activos de más o menos riesgo y, de esta forma, aspirar a mayores o menores rentabilidades. Debes ser consciente en todo momento de que el binomio rentabilidad/riesgo está presente en todas las inversiones.
En el mundo financiero, el término tasa libre de riesgo se utiliza para hacer referencia a la rentabilidad que se obtiene al invertir en un activo que se considera libre de riesgo. O lo que es lo mismo, una rentabilidad libre de riesgo.
Pero ¿no habíamos quedado en que de una forma u otra todas las inversiones implican asumir riesgos? Sí, pero existen activos financieros (muy pocos en realidad) con una fluctuación mínima en su cotización histórica. Esto significa que los valores de estos activos no han experimentado fuertes variaciones y se han mantenido estables respecto a unos valores medios.
Para que un activo se comporte de esta forma tan atípica es necesario que la entidad que lo emite haya tenido solvencia durante toda su trayectoria. Solo así, los inversores percibirán la inversión como 100% segura; o lo que es lo mismo, como una inversión libre de riesgo.
En la actualidad solo los valores de renta fija emitidos por algunos gobiernos cumplen estos requisitos. Esto es así porque en la práctica es casi imposible que un país desarrollado quiebre. Por muy mal que le vayan las cosas, tiene el poder de adoptar medidas económicas de gran calado que le permitan hacer frente a sus pagos. Por tanto, el riesgo de impago es muy bajo.
En Europa, los bonos alemanes se consideran activos libres de riesgo, ya que la economía alemana, motor de la eurozona, es muy solvente. La probabilidad de que un país como Alemania deje de pagar a sus acreedores es prácticamente inexistente. Como consecuencia, la rentabilidad que ofrecen también es muy baja, de hecho, a menudo tienen intereses negativos. En otras palabras, los ahorradores pagan al Gobierno alemán para que les guarde a buen recaudo su dinero. Lo mismo ocurre con los bonos de Suiza.
En España, el Tesoro Público emite los Bonos del Estado, las Letras del Tesoro y las Obligaciones del Estado. Desde Raisin queremos recordarte que aunque la deuda pública pueda estar libre de riesgo, el riesgo de la inflación está presente en cualquier inversión.
Para calcular la tasa libre de riesgo de una inversión se resta a la rentabilidad que ofrece el activo de renta fija de un país la permuta de incumplimiento crediticio que le corresponde.
Tasa libre de riesgo= rentabilidad – permuta de incumplimiento crediticio
La lógica de este cálculo reside en que esta permuta es un derivado financiero que permite cubrir el impago de un activo, en otras palabras, es un seguro sobre un posible impago. En el caso de que la entidad emisora del activo no pudiese pagar, se activaría la permuta.
Como es lógico, cuánto mayor sea el riesgo de impago de un país o de cualquier otra institución, más riesgo tiene el activo y mayor precio tendrá su permuta. En Alemania o Suiza el riesgo de impago es cero, por tanto, las permutas de sus activos son muy bajas.
Los depósitos bancarios son productos de ahorro de bajo riesgo, en concreto, tienen un índice de riesgo de 1 sobre 6 y hasta 100.000 € por depositante y banco están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos de cada país. Además, la rentabilidad se conoce de antemano.
Aunque no están libres de riesgo, los depósitos a plazo fijo son una buena opción para inversores conservadores que no buscan exponerse a la volatilidad de la renta variable y que quieren que su capital inicial esté garantizado. Actualmente, en Raisin ofrecemos depósitos bancarios de entidades europeas con hasta un 3,40 % % TAE.