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La renta variable es la reina del mercado de valores. Es un tipo de inversión en el que la recuperación del capital invertido y la rentabilidad ni están garantizadas ni se conocen de antemano. De hecho, precisamente por eso se llama renta variable. Sigue leyendo y descubre más.
El inversor puede obtener una rentabilidad, pero no está garantizada. Además, puede no recuperar todo o parte del capital invertido.
Las acciones, las divisas y los derivados son algunos ejemplos de productos financieros de renta variable.
Es recomendable invertir en renta variable con contribuciones regulares, y consultar a un experto si no se tiene experiencia.
Diversifica con productos de bajo riesgo, como los depósitos a plazo fijo y las cuentas de ahorro.
Estas son las características principales de la renta variable:
Hay varios factores que pueden influir en la rentabilidad de la renta variable. Uno de ellos es la inflación, que reduce el poder adquisitivo de los ciudadanos. Consecuentemente, los trabajadores reclamarán una subida salarial que se traduciría en un mayor gasto para sus empleadores, lo que podría afectar al valor de sus acciones. Igualmente, algunas decisiones empresariales pueden afectar a la renta variable, como la venta de una empresa a un grupo corporativo más grande, etc.
Asimismo, las subidas de los tipos de interés hacen que el crédito se encarecza, y esto puede afectar negativamente a la cotización de las acciones de empresas. Y es que, aunque los mercados de renta variable no tienen una relación directa con los tipos de interés, sí pueden verse afectados por las decisiones de los bancos centrales.
Si buscas productos financieros de renta variable, en los siguientes apartados puedes ver las opciones más populares.
Un ejemplo clásico de renta variable son las acciones de empresa, que pueden ofrecer a los inversores una rentabilidad, pero no está garantizada porque depende de varios factores. Los inversores asumen un riesgo, la pérdida total del capital. A cambio, pueden obtener una rentabilidad más alta que la de otros productos de bajo riesgo, como las Letras del Tesoro que emite el Tesoro Público.
¿Prefieres invertir en varios activos financieros? En ese caso puedes optar por fondos de inversión de renta variable. Este tipo de fondos de inversión agrupa las contribuciones de un gran número de inversores y las invierte en varios activos, de los que el 75 % o más son de renta variable, como divisas, acciones, etc. Las personas que invierten sus ahorros en un fondo de inversión de renta variable buscan obtener un rendimiento alto de su inversión, aunque no esté garantizado y tengan que asumir riesgos.
No olvides que las comisiones de los fondos de inversión, como la de suscripción y reembolso, afectan a la rentabilidad, por lo que es imprescindible que las tengas en cuenta.
En cuanto a su fiscalidad, las ganancias y pérdidas tributan en la base imponible del ahorro de la declaración de la Renta. Solo se tributa por las ganancias o pérdidas generadas, no por el dinero total que se obtiene del reembolso del fondo de inversión. Por ejemplo, si inviertes en un fondo 1.000 € y lo vendes por 1.400 €, tributarías por 400 €.
Los fondos cotizados merecen mención aparte porque funcionan como las acciones. En concreto, son fondos de inversión que tratan de imitar la evolución de un índice bursátil y se pueden vender en el mercado secundario en tiempo real.
Son una forma simple y sencilla de invertir en renta variable con diversificación y liquidez.
¿Pensando en invertir en las mejores criptomonedas por capitalización de mercado? Los cripto activos se han ido haciendo hueco en las carteras de los inversores. Con todo, recuerda que estos instrumentos son muy volátiles y que, aunque pueden darte rentabilidad, puedes perder parte o todo tu capital.
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Si eres un pequeño inversor, seguro que te has preguntado miles de veces cómo invertir en renta variable. Antes de nada, debes saber que los inversores particulares no pueden invertir en bolsa de forma directa, sino que deben operar a través de un intermediario financiero que efectúe las órdenes de compraventa para sus clientes.
En España, todas las transacciones que tienen lugar en la bolsa de valores son supervisadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), cuyo objetivo es garantizar la transparencia, el establecimiento adecuado de los precios y la protección de los inversores.
Del mismo modo, deberás recurrir a intermediarios para invertir en otros activos de renta variable: exchanges de criptomonedas, brókeres financieros, gestoras de fondos, etc.
Si has decidido dar el paso, debes ser consciente de que las inversiones de renta variable pueden estar sujetas a grandes variaciones en los mercados financieros, lo que significa que están expuestas a un mayor riesgo.
Sin embargo, una ventaja de los valores de renta variable es que el dinero invertido en algunos instrumentos se puede volver a convertir en efectivo de forma rápida si surge la necesidad, es decir, son muy líquidos. No obstante, si estás interesado en la renta variable, ten en cuenta los siguientes consejos:
Es mejor invertir en valores de renta variable durante períodos prolongados. En este sentido, invertir durante tres años o más puede darte más beneficios que si lo haces durante un breve periodo de tiempo. Intenta hacer contribuciones regulares, a ser posible todos los meses, y no inversiones grandes de manera esporádica.
Diversificar es una buena idea. En otras palabras, intenta evitar valores negociados en una sola bolsa de valores, o emitidos por compañías de la misma industria.
¿Conoces la principal diferencia entre renta fija y renta variable? Para que entiendas bien el concepto de renta variable, a continuación puedes ver en qué se diferencia de la renta fija.
Renta fija
El inversor conoce la rentabilidad de antemano. Las inversiones en renta fija son menos riesgosas, por tanto, son las más adecuadas para inversores conservadores. Algunos ejemplos de renta fija son los instrumentos de deuda, como las Obligaciones y los Bonos del Estado.
Otra opción son los productos de ahorro, como las cuenta remuneradas y los depósitos bancarios. Estos productos son de bajo riesgo: tienen un indicador de riesgo de 1 sobre 6, y hasta 100.000 € por depositante y banco están protegidos por los Fondos de Garantía de Depósitos nacionales.
Renta variable
Ahora que sabes que la renta fija te permite conocer la rentabilidad de antemano, es mucho más fácil entender qué es la renta variable. Es un tipo de inversión en el que tanto la ganancia como la forma de calcular los ingresos no se conocen en el momento de la solicitud. Son inversiones más arriesgadas, por ende, se recomiendan a inversores moderados o inversores agresivos.
La inversión más conocida de renta variable es la bolsa de valores. Las acciones tienen precios que varían constantemente dependiendo de muchos factores. Pero hay otras formas de invertir en renta variable, como las divisas, los derivados financieros, fondos de capital, etc.
¿Has decidido invertir en productos de renta variable? Muchos pequeños y grandes inversores lo hacen porque a largo plazo pueden conseguir unas ganancias más altas, pero también asumen un riesgo elevado y pueden tener pérdidas importantes. Para diversificar el riesgo total de tu cartera de inversión, contrata productos de ahorro de bajo riesgo que te den una rentabilidad fija.