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¿Quieres saber qué es un robo advisor y cómo funciona? Los inversores utilizan productos de software de bajo coste llamados «robo advisors» para gestionar sus carteras en piloto automático. Pero ¿merecen la pena? En Raisin te explicamos lo que debes saber sobre este gestor de inversión para que decidas si usarlo o no.
Es un gestor automatizado que crea carteras de inversión, principalmente de fondos indexados y ETFs.
Tiene bajas comisiones y te permite diversificar de forma fácil y con una inversión mínima baja.
Tendrás que hacer un test de idoneidad para que te recomiende una cartera según tu perfil de inversor.
Si quieres tener acceso a tu capital a corto o medio plazo, sería mejor optar por un depósito a plazo fijo o una cuenta de ahorro.
Un robo advisor es un gestor automatizado de inversiones, es decir, una plataforma digital que ofrece carteras de inversión automatizadas a un precio competitivo. Suelen estar compuestas por fondos indexados, ETFs y planes de pensiones. Utilizan algoritmos y son una buena opción para inversores principiantes o con estrategias simples que quieran ahorrar a largo plazo.
El término une las palabras inglesas robo (robot) y advisor (asesor), pero no solo te asesora con estrategias de inversión, también optimiza tu cartera y gestiona tu capital para que consigas ahorrar dinero. Aunque funciona con algoritmos y de forma automatizada, suele estar supervisado por inversores expertos.
Tienen su origen en Estados Unidos en 2008, en plena crisis financiera. Este contexto económico no es casualidad, ya que surgieron para reducir las altas comisiones de gestión de los asesores financieros (que cuestan unos 50.000 € en España).
El primer robo advisor fue Betterment y comenzó a funcionar en 2010. Durante los siguientes años se crearon otros robo advisors que, además de tener un coste más bajo que los asesores financieros tradicionales, permitieron invertir de forma más fácil y diversificada.
El primero en aterrizar en España fue FeelCapital, en 2014. Y aunque no se utilicen tanto como en Estados Unidos, se han ido haciendo un hueco en el mercado y cada vez son más los inversores que los utilizan para ahorrar a largo plazo.
Un grupo de expertos crea carteras indexadas según la Teoría de Carteras, esto es, con las mejores combinaciones para maximizar el retorno de la inversión y minimizar el riesgo. El robo advisor propone estas carteras a los inversores (que han hecho un test de idoneidad) según su perfil.
Pero este gestor automatizado de inversiones no solo crea carteras, también las gestiona. Para ello, hace un rebalanceo automático (mínimo una vez al año) teniendo en cuenta la rentabilidad de los fondos de la cartera. Así, equipara los porcentajes hasta que estén acorde a la estrategia de inversión (que tú como inversor has fijado en la contratación).
Aunque a grandes rasgos así es cómo funciona un robo advisor, puede haber algunas diferencias entre ellos, por ejemplo, cómo crean sus carteras, cuándo hacen los rebalanceos, el número de rebalanceos que llevan a cabo y las comisiones.
Estas son las principales ventajas de los robo advisors:
Bajas comisiones: sus comisiones son mucho más bajas que las de los gestores financieros y los bancos. En parte, esto se debe a la gestión pasiva y a la automatización del proceso. En general, cobran una comisión de servicio que puede ser mensual y fija (de 15 a 200 €, según el valor de la cartera) o un porcentaje de los activos financieros al año (de 0,15 a 0,50 % del valor de tu cuenta). También pagarás los gastos asociados a las inversiones utilizadas por los robo advisors (que se deducen de los activos del fondo antes de distribuir los rendimientos a los inversores).
Fácil de usar: empezar a utilizar un robo advisor es fácil. Solo tienes que hacer un test de idoneidad para que este gestor te asigne la mejor cartera según tu perfil.
Diversificación: con un robo advisor tu dinero está repartido (principalmente en ETFs y fondos indexados), por tanto, el riesgo de tener grandes pérdidas es muy bajo.
Regulación: están regulados y controlados por la CNMV y el Banco de España, lo que hace que sean seguros. No obstante, como en todo producto de inversión, siempre hay riesgo.
Baja inversión mínima: algunos exigen una inversión mínima baja y asequible, 100 o 150 €. Por lo general, el capital mínimo suele ser de 1.000 a 3.000 €.
Minimización de errores: los inversores suelen dejarse llevar por los máximos y mínimos del mercado o por sus instintos, sobre todo los principiantes. Esta es una estrategia de inversión que hay que evitar, y una forma de hacerlo es con un robo advisor.
Proceso automatizado: una vez abras tu cuenta, el software se encarga del proceso de inversión. No tienes que preocuparte de hacer cambios en tu cartera o invertir más o menos en un sector de mercado determinado. Tampoco de iniciar sesión en la cuenta o realizar operaciones.
Adaptabilidad: tu cartera se adapta a ti. Si quieres asumir menos riesgos en un momento determinado, puedes repetir el test de idoneidad para que el robo advisor tenga en cuenta tu nuevo perfil de inversor.
Online: podrás hacer cualquier gestión de forma online y acceder a tu cartera desde y cuando lo necesites.
Transparencia: normalmente, no esconden sus comisiones y costes. De hecho, su bajo coste es uno de los motivos por los que muchos inversores se animan a probarlos.
Por otro lado, estas son sus desventajas:
Asignación de activos fija: cuando se te asigne una cartera no podrás cambiar los activos que hay en ella, solo cambiarla por una con más o menos riesgo. Por ende, no puedes elegir los activos.
Volatilidad: una cartera gestionada de forma pasiva no se ajusta tanto como una cartera gestionada de forma activa, sobre todo cuando hay cambios en los mercados financieros.
Test de idoneidad: puede que con tus respuestas el robo advisor no te proponga una cartera con lo que buscas si no conoces muy bien los términos y conceptos financieros del test.
En España existen varios robo advisor:
Robo advisor de entidades bancarias: los ofrecen los bancos, por ejemplo, Myinvestor, Invertimos por ti (Openbank), Santander Activa y SmartMoney (CaixaBank).
Robo advisor de aseguradoras: un ejemplo de robo advisor de una aseguradora es Sego Funds.
Robo advisor independiente: en este caso, el robo advisor es de una empresa que no es ni banco ni aseguradora, como Indexa Capital, Finanbest o inbestMe.
Asimismo, se pueden clasificar según si invierten solo en productos indexados o si lo hacen también en otros productos de inversión.
¿Un gestor automatizado es rentable? Los robo advisors suelen ser rentables, sin embargo, la rentabilidad exacta depende de muchos factores, como el riesgo que quieras asumir.
Con todo, estos gestores de inversión son transparentes y suelen mostrar la rentabilidad de sus carteras. Ten en cuenta que tendrás que pagar impuestos por el beneficio obtenido. Si tu cartera está compuesta por fondos de inversión, la plusvalía tributa como una ganancia patrimonial en la base imponible del ahorro del IRPF. Estos son los tipos impositivos:
Hasta 6.000 € un 19 %.
De 6.000 € a 50.000 € un 21 %.
De 50.000 € a 200.000 € un 23 %.
De 200.000 € a 300.000 € un 27 %.
Más de 300.000 € un 28 %.
Al igual que en otros fondos de inversión, solo se tributa si vendes el fondo de la cartera del robo advisor. Esto quiere decir que si traspasas tu dinero a otro fondo de inversión, no tendrás que pagar impuestos.
Por otra parte, si tu cartera está compuesta por planes de pensiones, pagarás impuestos cuando te jubiles y liquides el capital. En este caso, el dinero tributa en el IRPF como rentas de trabajo.
Los novatos en el mundo de la inversión o aquellos que prefieren estrategias sencillas no son los únicos que deciden invertir con un robo advisor. Si eres un inversor conservador o buscas una forma fácil de minimizar el riesgo de tu cartera, puedes considerar esta opción.
Igualmente, si no tienes tiempo de gestionar tus inversiones o prefieres invertir a largo plazo con una inversión mínima, puedes elegir un robo advisor.